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Investigadores del CSIC de Sevilla convierten el alperujo del aceite en "aliado del medio ambiente"

Desarrollan un material que puede ser utilizado como aislante para evitar que los resíduos de los pesticidas contaminen el subsuelo y las aguas subterráneas

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Miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Sevilla han desarrollado un material a partir del alpeorujo que puede ser empleado como aislante para evitar que los pesticidas y resíduos fitosanitarios lleguen al subsuelo y contaminen los acuíferos subterráneos. Un uso más para este resíduo de la industria aceitera tan abundante como contaminante y difícil de manejar

Investigadores del CSIC de Sevilla convierten el alperujo del aceite en aliado del medio ambiente

La productora andaluza Historias de Luz nos vuelve a traer una interesante videonoticia, relacionada en este caso con el alperujo, el desecho de las almazaras. Es bien conocido el importante impacto mediambiental de este subproducto de la industria aceitera, tan contaminante como difícil de manejar, aunque por fortuna también se habla cada vez más sobre su potencial como fertilizante orgánico natural, idóneo para la agricultura ecológica.

El reportaje presenta un estudio realizado por Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Sevilla, centrado en explotar las propiedades aislantes del alperujo en beneficio del medio ambiente. Tras someterlo a un proceso de descontaminación, explican, en el que le son sustraídos los elementos tóxicos, el material resultante altamente absorbente puede ser empleado como capa aislante para evitar que los resídos de los productos fitosanitarios y biocidas se filtren al subsuelo, impidiendo así que contaminen los acuíferos subterráneos.

"Hace que cuando un plaguicida se aplique a un suelo que contiene alperujo, el plaguicida quede más retenido, quede más inmovilizado, y no se disperse en el medio ambiente hacia zonas no deseadas como puede ser un agua superficial adyacente, un acuífero,etc.", explica Rafael Celís, uno de los responsables del proyecto.

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Al igual que hace años que se conoce el alto potencial nutricional del alperujo, cada vez más extendido su uso como abono fertilizante natural, lo cierto es que también se sabe de su capacidad como aislante en el terreno. Esta propiedad del resíduo de las almazaras ya se encuentra recogida en diversas investigaciones científicas precedentes: Podemos citar el estudio realizado por Cornejo y colaboradores, quienes en el año 2002 evaluaban los efectos que los diferentes tipos de alperujo (frescos y extractados) producen en la dinámica de los herbicidas empleados en el olivar, como simazina, glifosato, terbutilazina o diurón. Más cerca en el tiempo durante la edición del XV simposio científico-técnico del aceite de oliva, celebrado en Sevilla el pasado año 2011, se presentó un estudio que evaluaba el uso del alperujo para la inmovilización de vertidos de hidrocarburos aromáticos policíclicos en suelos contaminados, tal es la capacidad aislante de este viscoso y maloliente subproducto de las almazaras.

Hay que decir que, aunque no sea tan novedoso en su fundamento, el trabajo del CSIC de Sevilla sigue siendo tan innovador e interesante como nos lo presentan desde Historias de Luz, especialmente por su capacidad de aplicación en la práctica. La importancia de encontrar soluciones al alperujo se justifica si atendemos a lo que señala Rafael Celís: "Hay que tener en cuenta que el olivar representa en Andalucía el 50% de la superficie cultivada". Así, la cantidad de subproductos que generan las alamazaras andaluzas en enorme: "El alperujo se genera en grandes, muy grandes cantidades en Andalucía".

Potencial del alpeorujo

La introducción del sistema de centrifugación de dos fases para la extracción de aceite de oliva durante los primeros años noventa trajo consigo la introducción de este subproducto en el proceso de producción aceitera, formado por la pulpa de la aceituna, el agua del fruto (alpechín) y el hueso triturado. En el año 2008 España produjo 5,5 millones de toneladas de alpeorujo que, como señalábamos arriba, se concentran fundamentalmente en Andalucía (82%). De toda esta cantidad apenas se recicló un 10% pese a que, aparte de los beneficios ambientales, su aprovechamiento podría reportar al sector un ahorro anual estimado en 60 millones de euros.

Una balsa de alpechin

Una balsa de alpechin

Sus características agroquímicas destacan por una elevada humedad, valores ligeramente ácidos de pH y un contenido elevado de materia orgánica (lignina, hemicelulosa y celulosa), además de proporción considerable de grasas, proteínas y carbohidratos solubles. Este subproducto de las almazaras también contiene una parte de polifenoles, alcoholes aromáticos que son altamente nocivos tanto para el cultivo como para el medio ambiente. Los procesos de reducción del alperujo pasan fundamentamente por el compostado, siendo los procesos convencionales costosos y difíciles de aplicar. También se investigan otros métodos, como el procesado térmico o el aprovechamiento de reacciones químicas complejas, en el caso del trabajo realizado en la estación experiemental del CSIC del Zaidín (Granada), sobre el empleo de hongos para disminuir la fitotoxicidad del alpeorujo seco y extractado (aquí el enlace a la tesis doctoral de Inmacualda Sampedro, del año 2005, que ya se centraba en la idea).

En cuanto a sus propiedades nutricionales, el alpeorujo destaca por un alto contenido en potasio que, una vez liberado de las sustancias polifenólicas tóxicas, hace que sea una alternativa natural a los fertilizantes químicos convencionales, especialmente demandada en el ámbito de la olivicultura ecológica. Pero esta riqueza en potasio contrasta con una baja concentración de nitrógeno, fósforo y micronutrientes, una carencia que se resuelve añadiendo al proceso de compostaje del alpeorujo otros elementos ricos en nitrógeno, como estiércol o gallinaza.

El aprovechamiento y reciclado del alperujo va más allá de su uso como fertilizante orgánico, especiamente destacable es su capacidad como biocombustible, además de sustrato en jardinería, mezclándolo con fibra de coco o turba. Incluso se le han encontrado propiedades antitumorales y antioxidantes, lo que abriría las puertas a su aplicación en medicina y farmacia.

Pero con la produccción de este material absorbente capaz de aislar los desechos fitosanitarios del ecosistema colindante y el subsuelo se consigue cerrar el círculo de forma directa, maximizando la lógica de la sostenibilidad: Que un desecho industrial se convierta en remedio para mitigar o prevenir la contaminación medioambiental. En otras palabras, convertir un problema concreto en una solución directa.