Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

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Las "vacas locas" y el enigma de los priones

Reportaje del CReSA sobre la enfermedad de la encefalopatía espongiforme en los bóvidos, popularmente conocida como "enfermedad las vacas locas"

CReSA

La Encefalopatía Espongiforme Bovina, popularmente conocida como "el mal de las vacas locas", es una enfermedad priónica. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa letal y transmisible que afecta a las vacas y que causa lesiones en el cerebro. Al microscopio, las neuronas se observan vacuolizadas adoptando un aspecto de esponja.

Las vacas locas y el enigma de los priones

Esta enfermedad se describió por primera vez en 1986 en el Reino Unido, y en 1995 se relacionó el consumo de alimentos procedentes de bovinos afectados por esta enfermedad con el origen de una nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en el hombre, otra Encefalopatía Espongiforme Transmisible. Por ello, en España y en el resto de la Unión Europea es de declaración obligatoria desde 1996.

Las vacas parecen estar locas

Las vacas se infectan a partir de la ingestión de piensos contaminados por priones. Los signos clínicos tardan en aparecer unos 5 años. Al principio, son cambios inespecíficos que dificultan su diagnóstico, pero con el tiempo se vuelven más llamativos, y es cuando parece que las vacas estén "locas" ya que consisten en alteraciones del sistema nervioso:

Signos inespecíficos:

  • Adelgazamiento
  • Disminución de la producción de leche

Signos específicos (nerviosos):

  • Descoordinación de movimientos
  • Cambios de comportamiento
  • Nerviosismo
  • Respuestas exageradas a ruidos o luces habituales
  • Recelo y agresividad
  • Muerte

No hay tratamiento, pero se puede controlar

Hasta el momento no existe ningún método capaz de curar las enfermedades producidas por priones. Sin embargo, la Unión Europea ha adoptado medidas muy eficaces de prevención y control de la epidemia:

  • Prohibición de harinas de carne y huesos procedentes de mamíferos y de proteínas animales transformadas en la alimentación de animales destinados al consumo humano.
  • Programas de vigilancia activa y pasiva, para la detección rápida de animales afectados, tanto en la granja como en el matadero.
  • Sacrificio y destrucción de los animales potencialmente infectados.

Además para evitar que los priones lleguen al consumidor final:

  • Eliminación de los materiales especificados de riesgo (MER) de la cadena de consumo humano. Son aquellos órganos dónde mayor riesgo de acúmulo de priones existe, se destruyen en el matadero. La lista de MER varía en función de la edad de los bovinos.
Materiales Especificados de Riesgo (M.E.R.) en los Bóvidos

Materiales Especificados de Riesgo (M.E.R.) en los Bóvidos

CReSA

Son aquellos órganos donde existe mayor riesgo de acúmulo de priones. Estas partes del animal se destruyen en el matadero. La lista de MER varía en función de la edad de los bovinos.

Asegurar que la carne de vaca esté libre de priones

Es muy difícil el diagnóstico precoz de la enfermedad en animales vivos, ya que el periodo de incubación de la enfermedad es muy largo y los síntomas en fases iniciales son inespecíficos. Además, no hay pruebas de diagnóstico in vivo fiables. Por ello, la confirmación de la enfermedad sólo es posible mediante análisis del tejido cerebral, una vez que el animal muere o es sacrificado.

Fuente:

Fundación Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA).