Boletín Agrario Agricultura, Medio Ambiente y Mundo Rural

El PE respalda el derecho de los países a prohibir el cultivo de transgénicos

La propuesta aprobada incluye las "razones medioambientales" que pueden alegar los distintos países

Parlamento Europeo

Los Estados miembros deben tener libertad para restringir o prohibir el cultivo de semillas modificadas genéticamente, según la revisión de la normativa comunitaria que el pleno ha apoyado hoy. Sin embargo, los eurodiputados proponen que los países puedan alegar también razones medioambientales, como la resistencia a los pesticidas o la preservación de la biodiversidad, al tomar estas decisiones.

El Parlamento ha aprobado una serie de enmiendas a la propuesta de la Comisión por 548 votos a favor, 84 en contra y 31 abstenciones. La responsable de este tema en el PE, la liberal francesa Corinne Lepage, manifestó, en el debate previo al voto, su satisfacción por que "el Parlamento haya llegado a un acuerdo sobre el complejo tema de los transgénicos, que ha sido una cuestión de preocupación pública en los últimos años. Si el Consejo logra llegar a una posición común, este acuerdo equilibrado permitirá a los países y a las regiones ejercer su derecho a no cultivar transgénicos si así lo desean".

Entrada del Parlamento Europeo vista desde arriba

Entrada del Parlamento Europeo vista desde arriba

En la Unión Europea se pueden cultivar dos tipos de transgénicos, una cepa de maíz y otra de patata, adaptadas para la producción de almidón. Siete de los 27 Estados miembros explotan comercialmente estos cultivos, entre ellos España. Otros han prohibido o introducido restricciones sobre los transgénicos en todo su territorio o parte del mismo. Para ello, se han acogido a la llamada "cláusula de salvaguardia", prevista en la normativa comunitaria vigente.

El objetivo de la revisión de la ley actual, propuesta por la Comisión Europea, es dar una mayor seguridad jurídica a los Estados miembros en el ámbito del comercio internacional. Como alternativa a la "cláusula de salvaguardia", la Comisión propone prohibir el cultivo de transgénicos por motivos culturales, socio-económicos o éticos, quedando excluidas las razones de índole medioambiental o sanitaria.

Por tanto, la propuesta mantendría el sistema actual de autorización a nivel europeo, en el que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sigue siendo el organismo encargado de valorar los riesgos medioambientales y sanitarios, e introduce un nuevo sistema adicional de prohibición a nivel nacional para respetar las tradiciones de los distintos países.

Razones medioambientales

El Parlamento Europeo ha modificado la propuesta para que los Estados miembros puedan alegar también "razones medioambientales" para prohibir o restringir el cultivo de transgénicos, como la resistencia a los pesticidas, la preservación de la biodiversidad o la falta de pruebas sobre los posibles efectos negativos del cultivo de transgénicos para el medio ambiente.

La contaminación se paga

En otras enmiendas, la Eurocámara establece además que los estudios de impacto socioeconómico en un país o región podrán servir como argumento para prohibir este cultivo, por ejemplo en caso de que resulte imposible asegurar que no habrá contaminación de transgénicos en los cultivos tradicionales u orgánicos. En este sentido, los eurodiputados exigen que cada Estado Miembro adopte medidas para prevenir los casos de contaminación y se asegure de que los responsables de estos accidentes puedan ser multados.

Los Veintisiete ante los transgénicos

Los Estados miembros tienen posiciones muy distintas respecto al cultivo de transgénicos. Seis países se han acogido a la "cláusula de salvaguardia" hasta el momento: Austria, Francia, Grecia, Hungría, Alemania y Luxemburgo. Por su parte, Polonia ha introducido legislación que prohíbe la comercialización de todas las semillas modificadas genéticamente.

En España se cultivaron el 80% de las 94.800 hectáreas de maíz MON810 sembradas en 2009 en la UE. El resto estaba localizado en la República Checa, Portugal, Rumania y Eslovaquia. La patata Amflora se cultiva actualmente en tres países: Suecia, Alemania y República Checa.

Una petición ciudadana, presentada recientemente con el respaldo de más de un millón de firmas, reclama a la Unión Europea que aplique una moratoria sobre nuevas autorizaciones en el cultivo de transgénicos.

Próximos pasos

Tras el voto en el Parlamento, el Consejo debatirá su posición sobre esta propuesta enmendada.